La última pista de John Cala en colaboración con Afshin Momadi inicia con vocales étnicas que rápidamente conducen a una explosión sonora. La panorámica y la profundidad se agrupan en un ritmo inmersivo y pulsante, marcado por una línea de bajo y una percusión sumamente dinámica que se mantienen a lo largo del primer drop. Durante esta sección, la voz queda en segundo plano para dar protagonismo a los característicos “trompas de elefante” de Cala, los cuales evolucionan hasta alcanzar el primer break.
En el minuto 1:30, una armonía realmente emotiva emerge durante la subida. Esta melodía evoca emoción y amor, resonando profundamente. Aunque la firma de John Cala es inconfundible, esta sección podría recordar a las composiciones de Ben Böhmer. La tensión acumulada se libera en una sensación de vacío, antes de retornar a la atmósfera étnica y culminar con una explosión sonora completa. Con esta dinámica, John Cala junto a Afshin Momadi cierran la pieza, dejando una impresión duradera.